Esta fragancia del año 1996 es parte de los productos más antiguos de la línea Versace. En particular esta fragancia mezcla un aroma de estilo mediterráneo por diferentes notas cítricas y verdes, pero potenciándola con un grupo floral de gran personalidad apegándose a un estilo de los años noventa donde se innovó en la incorporación de flores en perfumería masculina. La partida tiene trazas imprecisas de cítricos suaves tipo bergamota, con un tono polvoso notorio y seco que se siente cercano a una nota floral y en general dando la mezcla de notas en este punto un pequeño recuerdo al tono de jengibre terroso con bergamota de Tuscani pero Uomo de Aramis. En fase media el tono polvoso muestra una variación al mostrar algunos tonos de plástico que parecen pertenecer a una flor de azahar con algo de violetas o jazmín, estos últimos florales con una presencia mesurada y en estilo de perfumería masculina. Al cabo de 1 hora y media varios de los tonos de azahar con polvoso parecen inclinarse hacia el atalcado de vainilla, con una tendencia a la tonka licorosa frutal y a varias mezclas florales difíciles de distinguir. A las 3 horas de aplicado se siente mucho más limpio, manteniendo la capa floral y agregando lavanda que aumenta la sensación de agua fresca y bajando la presencia de los polvosos, aunque todavía con un dominio importante de las notas de tonka licorosa y el jengibre que se amplía a vetiver, arbustos y algo de hierbas o condimentos mediterráneos. Pasadas unas 4 horas la fragancia comienza a mostrar tintes más atractivos al bajar el tono polvoso seco en favor de un atalcado de vainilla muy cercana a la idea de cedro, con bergamota en segundo plano dando el aroma mediterráneo y con la lavanda asociándose con las especies dando una idea más general de agua. A unas 8 horas el aroma presenta tintes florales que se confunden con el especiado, con grupo secos cercanos a la bergamota y una nota limpia que está entre el jazmín y la lavanda. Ya al alcanzar la fase final la fragancia destaca más por el tono limpio de jazmín con un especiado más mesurado pero todavía presente en la línea seca, complementando unos vestigiales de bergamota y una lavanda que se desdobla de la parte limpia aportando ahora más aromaticidad, más un grupo verde que permaneció oculto en las fases anteriores y que ahora se aprecian de mejor forma, manteniendo el estilo mediterráneo y mostrando tintes de condimento de cocina tipo laurel, estragón y comino suave.